Que mi memoria selectiva nunca destilde este momento.

Planeo planear en una aplanadora de pan de salvado.

El mundo sin tomate sería taan triste.

Recibiré entes colorados; un río-remolino estéril no trae escudos.

Morisquetas y hoyuelos son indudables herramientas de seducción.

Tartamuda: Las pascualinas cocidas hablan con eco o no hablan.

Cruzar los dedos no cambia nada.

Los capuchones que abandonan a las fibras son muy crueles.

Sí, soy recurrente. ¿Y qué?

Telarañas raptan a mis ideas; una tarántula descomunal las devora.

¡Auxilio! ¡Catacresis de identidad!

#31. 13.58. 2 (dos). Sujeto-espectador.

El aguinaldo calma la angustia post-balance del año.

A veces me siento un vademecum de datos inútiles.

Qué difícil no caer en las tentaciones.

Opulenta concatenación de caries y trozos de muela que se caen.

El secreto está en encontrar el eje.

Batir es re punk.

La controversia constante no da buenos resultados.

¿Sabe usted en qué calle viven los pelirrojos varones? En Colombres.

Dos sintonías distintas que se unen y plaf, la magia del encuentro.

Los mensajes sin respuesta no deben reenviarse...¡Cabezadura!

Todo, siempre, puede ser peor.

No trees. No lights. No stars. No peace.

Soy una coordenada anónima.

Escribir es corporizar pensamientos.

¿Y si un día dejaran de sonar todos los teléfonos?

Buscar interlocutores válidos es uno de mis pasatiempos favoritos.

Nos volvimos un huracán de besos violentos.

Caminaba por la calle y se me clavó un fotograma ocular en la retina.

Invasión de soltería en la ciudad. Hola, diciembre.