Feliz Navidad.

¡JUSTICIA!

Los conflictos se resuelven con gritos, besos, miradas y sangre.

Quisiera rastrillar mis neuronas.

Miro para atrás y el cadáver de un ceibo respira en mi nuca.

¿Cuántos baldes se necesitan para apagar al Sol?

¡Arruinar todo es tan fácil! ¡Y demora muy poco tiempo!

Me encantaba comer Pringles en el supermercado. Ya no hay más.

Sonreír no tiene que ser una destreza.

Aunque a Clarín no le guste, Temporada de Patos es buenísima.

Las charlas interesantes son como boomerangs.

Nunca comí ni comeré espárragos.

Después de estar 10 horas y media en la facultad, aprobé el final.

Mis dedos parecen tener el Síndrome Gilles de la Tourette.

Me gustaría que todas las palomas sean mensajeras.

Ojo con Angola en el Mundial. Qué conste en actas.

Después de cinco años, me pelé.

Nota: No dejar que un extraño use tu PC. Puede abrir muchos virus.

1000 días o 24000 horas o 1440000 minutos, el amor es igual.

Es deliciosamente tentador invertir el sentido establecido.

Los domingos, las cornisas tienen varias hectáreas de superficie.

Hoy cumplen 20 años las Ciencias de la Comunicación en la UBA.

No se puede tener telepatía y computadora al mismo tiempo.

Hay cosas que transmiten más fantasía que un arbol con guirnaldas.

Sin la midriasis no podríamos acostumbrarnos a la oscuridad.

Si el destino está escrito, mis ojotas son mocasines.

Cuando el humor se muere es muy difícil que alguien lo resucite.

La noche se termina cuando los párpados clausuran la mirada.

La motivación no viene en pastillitas de colores.

Belice, Uzbekistán, Islas Fidji, Botswana y un meteorito maldito.

Me olvidé de completar dos casilleros. Literalmente.