Mi ansiedad exaspera tus pasos en falso.

Hoy es el furor del ayer que el mañana no supo pronosticar.

Lo banal no quita lo caliente.

La calor y la fresca son inseparables compañeras de los ancianos.

Un tugurio exorbitó mi rutina.

Son adverbios circunstanciales, no les lleves el apunte.

"La historia subterránea es esencial".

El aura de la parca es un agujero negro infinito

Al límite como los ojos que buscan a alguien.

Controvertidos invertebrados atraviesan el eclipse. Muy fácil.

No negar nunca nada.

Todo se puede limpiar con saliva.

Una boca indómita muerde la tranquilidad.

Se retractó como un tractor sin tacto.

La música es matemática.

Al taxista le excita la idea de una cita tácita con la tacita.

Aplausos a la enorme invasión de reacciones inesperadas.

Cientos de arbustos mugrientos suelen habitar mi pura inocencia.

Escuchame una cosa: no intensifiques mis dudas.

No es aconsejable engañar a la creatividad con falsos estímulos.

Los impulsos son ráfagas de inconsciencia.

Quizás los malestares se ahuyentan en el momento menos esperado.

Dodecaedro de recuerdos mientras faltan sólo latidos sincronizados.

Las "comillas" se usan cuando el proceso de significación tambalea.

Ciertos adjetivos posesivos valen miles de dólares.

Sentir no es un hecho pasajero, superfluo ni casual.

"No es mentira. Es sólo una versión de la verdad".

Hay pocas sonrisas que producen una catarsis de nimiedades.

Sos especialista en estimular mi curiosidad.