David es mi nombre. No es Daniel, ni Darío ni Damián. David

Exhalabas tus pensamientos sólo cuando el volcán estallaba.

Figuritas del mundial: 1 peso el paquete, qué chorros son.

Gratitud y benevolencia. Las sonrisas surgen así.

Hamacarse era lindo y ahora da pudor hacerlo. Estupidez pura.

Ir hacia la nada es tomarle el pelo al sentido.

Jaurías de malintencionados golpearán a la moral con mil bates.

Kinotos de la granja: recolectados para una sabrosísima mermelada.

La desolación de las ciudades está repleta de posibles encuentros.

Manta Ray es un temazo de Pixies.

Necesito que dormir no sea obligatorio para mi organismo.

Ñoquis con salsita scarparo y mucho queso. Fin del mundo.

Oxidame con tus axiomas, pero no me desintegres con tu acidez.

Pipa, de la buena, cuento, quiero...medialunas. Muchas.

Quisiera tocar los sonidos del silencio con mis nudillos.

Rastrillos en forma de luciérnaga rasguñan nuestros cachetes.

Sostener una actitud autoflagelante es lo que hago y lamento.

Tu camuflaje no funcionará ante mis guadañas.

Unificar deseos, emociones, dudas, caricias, gritos; eso es quererse.

Veracidad es algo horrendo de exigir.

Wigo era una tienda de ropa donde me gané un avioncito de chico.

X + X = X² (eso es todo lo que recuerdo de las ecuaciones).

Y los querubines salieron en fila del confesionario.

Zarathustra siempre me sonó a algo zaparrastroso.

Nadie sabe leer lo que no se dice. No saben lo que se pierden. Silencio.

Siempre se puede caer más bajo: nadie llegó al centro de la Tierra.

Estoy dando penosas cátedras de hermetismo comunicativo.

Las ideas son vueltos perdidos que jamás quedan en los bolsillos. Rosario Bléfari.

Respirar hondo, hasta inhalar una caricia.

Cuando bajo la mirada traspapelo emociones.